En general, los tipos más frecuentes de cáncer se pueden dividir en dos grandes grupos: las enfermedades hematológicas (leucemias y linfomas) y los tumores sólidos. La palabra tumor (proliferación anormal de células) no siempre es equivalente a cáncer. Algunos tumores son benignos y, por tanto, no cancerosos. Cuando esta proliferación es de células malignas, lo denominamos tumor sólido o maligno.
La leucemia es el cáncer infantil más frecuente, seguido de los tumores del sistema nervioso central. Sin embargo, en la adolescencia los más frecuentes son el Linfoma de Hodgkin, los tumores óseos y del sistema nervioso central.
Algunos de los más frecuentes son:
Es una enfermedad de la sangre que se caracteriza por el crecimiento excesivo y anárquico de células procedentes fundamentalmente de la serie blanca (glóbulos blancos).
Los glóbulos blancos nacen después de una serie de divisiones de las células progenitoras o precursoras (mieloblásticas o linfoblastos). En la leucemia se produce una invasión de la médula ósea por estas células jóvenes e inmaduras que se multiplican sin cesar. Estos “blastos” merman e incluso inhiben el crecimiento de otra serie de células sanguíneas (glóbulos rojos y plaquetas), y además son células inservibles para la función defensiva que desempeñan normalmente los glóbulos blancos, por lo que la función general de todas estas células no se lleva a cabo.
Son células que se desarrollan a partir del sistema linfático y que afectan a los ganglios linfáticos. Este sistema linfático forma parte del sistema inmunológico y se encuentra en una serie de órganos como son el bazo, el timo, los ganglios, la médula ósea y ciertas partes de otros órganos, como las amígdalas, la piel, el intestino delgado y el estómago.
Los linfomas pueden dividirse en:
- Linfoma Hodgkin: generalmente afecta a los ganglios linfáticos periféricos y el primer signo de alarma suele ser una adenopatía (aumento del tamaño y de la consistencia del ganglio). Esta enfermedad es más frecuente en personas de 10 a 30 años.
- Linfoma no Hodgkin: se desarrolla generalmente en el intestino delgado o en el mediastino (espacio entre los dos pulmones), aunque también puede aparecer en el hígado, bazo, sistema nervioso, médula ósea y ganglios linfáticos. Estos linfomas sí son frecuentes en los niños, siendo la causa de tumor abdominal más frecuente.
- Tumores del Sistema Nervioso Central
Los tumores cerebrales se clasifican y denominan por el tipo de tejido en el cual se desarrollan. Pueden aparecer a cualquier edad en la infancia y en la adolescencia, aunque son más frecuentes entre los 5 y los 10 años de vida. Entre los síntomas más habituales se incluyen convulsiones, cefaleas, vómitos, irritabilidad, cambios en los hábitos de comer o dormir…
El diagnóstico es generalmente difícil porque estos síntomas pueden ser indicadores de otros procesos completamente diferentes.
Es un tumor derivado de unas células nerviosas simpáticas. El lugar más frecuente de estos tumores es la glándula adrenal (situada cerca de los riñones), aunque también pueden aparecer en células del tórax, del cuello y de la médula espinal. Su frecuencia es mayor en niños, generalmente por debajo de los 5 años.
La sintomatología incluye la existencia de una masa y dolor abdominal acompañado en algunos casos de diarrea y dolor de huesos.
Este tumor se origina en las células de los riñones. Ocurre generalmente en niños pequeños, siendo muy infrecuente en mayores de 15 años. Puede afectar a los dos riñones denominándose entonces tumor de wilms bilateral.
Los síntomas más frecuentes incluyen presencia de una masa abdominal, fiebre, pérdida de apetito, presencia de sangre en la orina o dolor abdominal.
El retinoblastoma es un cáncer maligno de la retina, que puede ser hereditario en un tercio de los casos, afectando entonces a los dos ojos. Ocurre en niños menores de 5 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
Es un tipo de sarcoma de partes blandas que afecta fundamentalmente a las células de los músculos. Aunque puede ocurrir en cualquier área muscular, las localizaciones más frecuentes son cabeza y cuello, pelvis y extremidades.
Aunque el rabdomiosarcoma tiene una tendencia al crecimiento y diseminación rápida, afortunadamente los síntomas, asociados a su progresión, son más obvios comparados con otras formas de cáncer infantil, y depende de la localización. Ocurre con más frecuencia en varones y en edades comprendidas entre los 2 y 6 años.
Es la forma de cáncer de hueso más frecuente en los niños. Los huesos más afectados son los huesos largos de la extremidad superior (húmero) y de la extremidad inferior (fémur y tibia). Los síntomas son la aparición de un tumor de consistencia dura y generalmente doloroso. Ocurre en edades comprendidas entre los 10 y los 25 años, siendo más frecuente en varones.
El diagnóstico en algunos casos puede ser difícil porque puede confundirse con infección local, artritis, deficiencias vitamínicas y tumores benignos.
Es otra forma de tumor óseo que puede afectar a cualquier hueso o al tejido blando que rodea el tumor. Suele aparecer con mayor frecuencia en adolescentes o en niños mayores de 10 años. En la etapa previa a la adolescencia, la cantidad de varones afectados es algo mayor que la de mujeres.
Esta forma de cáncer en los niños pequeños puede producir sintomatología general como fiebre, escalofríos, sudoración.