El 24 de noviembre se organizó la II Jornada de Duelo en Albacete
Un año después, hemos vuelto a reunirnos para recordar a nuestros hijos y compartir con otros padres que han vivido la misma experiencia de perder un hijo. Para ello, en esta ocasión hemos invitado a Blanca Tejero y Juan Rico. Asistieron 12 padres de Albacete, Cuenca y Ciudad Real, acompañados por las psicólogas de AFANION de Albacete y Ciudad Real.
Blanca Tejero es doctora en Psicología por la UNED. Actualmente trabaja como profesora de Psicología en la UNIR y es terapeuta con más de 20 años de experiencia. Para ella, el proceso de duelo propio le ha enseñado a «decir sí a la vida». Ha escrito los libros «El amor lo puede todo» y «Regreso a la felicidad».
Según sus propias palabras, durante la mañana que duró la jornada «se creó un entorno favorable para la expresión de sentimientos y pensamientos que cada uno tenía tras la pérdida de su hijo. Fue un espacio donde pudimos comunicar libremente nuestras vivencias, necesidades, sentimientos, dudas, temores, deseos y angustias sabiendo que no habría crítica ni censura. Nos ayudamos a que nuestro dolor no oscureciese todo nuestro ser y que brillasen los recuerdos maravillosos y afectuosos que tenemos de nuestros hijos. Nutrimos a nuestro alma y corazón de amor y compresión, porque aunque las pérdidas hayan sido grandes e irreparables nos han enseñado tanto que nos han convertido en las maravillosas personas que ahora somos».
Juan Rico es licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Oviedo y trabaja como docente desde hace 26 años. El libro «¿A qué hora llega papá?» está dedicado a su hijo Guillermo, que falleció en diciembre de 2014.
Al final de su presentación, Juan preguntó a los asistentes cómo titularían un libro donde hablaran de sus hijos. Algunas de las respuestas fueron: «Tan lejos y tan cerca», «Más allá del sol, la luna y las estrellas», «Siempre serás mi luz» o «Lo que la vida me regaló». Seguro que, de llegar a materializarse, serían historias tan especiales como sus protagonistas.
Juan nos deja estas palabras que son reflejo de su sensibilidad: «Nos sentimos acogidos y a gusto. Compartimos recuerdos y presencias. Hablamos de nuestros hijos, de lo que les añoramos y sobre todo de lo que les queremos y les seguiremos queriendo. Hablamos un lenguaje común, de sentimientos que solo nosotros compartimos».
Ambos ponentes son padres de niños que han fallecido y nos aportaron enfoques complementarios, ofreciéndonos una visión sobre cómo se comienza a elaborar el proceso del duelo durante la fase de enfermedad avanzada, el recuerdo de los últimos momentos vividos y cómo se supera la pérdida desde nuestra propia capacidad de adaptación y resiliencia.
A pesar de encontrarse en diferentes momentos del proceso de duelo, hubo muy buena sintonía entre todos los asistentes. Fue una jornada muy bonita y emotiva, llena de buena energía, que nos reafirma en la importancia de proporcionar este espacio de encuentro para facilitar el apoyo mutuo y la expresión de sentimientos.
Para finalizar, nos quedamos con las palabras de Juan Carlos, padre de Carmen: «Mi hija sigue viviendo, no sé dónde, porque tanto amor no puede irse por la borda».